Lo había dejado (como podéis ver en el enlace anterior), en el rato de agua que tuve, que tras meses sin quitar la cazadora en Alemania, me supo doblemente genial. Rato de agua tanto en piscina exterior climatizada como en playa privada. Pero llegaba luego la hora de darse una ducha, por eso de quitar la arena que se te podía haber quedado pegada en rincones insospechados. Conclusión: Era hora de estrenar nuestro súper baño.
Salía uno nuevo de esa ducha... Como no podía ser de otra manera, todos los productos de higiene allí presentes, obviamente de marca. Y es que cuando uno lleva viendo tantos detalles, realmente se pregunta... ¿Es realmente el precio que piden por una habitación de este tipo tan desorbitado? ¿O realmente se paga proporcional a lo que tienes? Me llamaréis loco, pero me decanto más por la segunda...
Además sabía que hoy iba a dormir tranquilo, sabiendo que mañana tendría un buen chute de cafeína en la mismísima habitación. Diferentes tipos de cafés a elegir, como dije pastas de todo tipo, dulces, dátiles... No sea que de levantarte tan rápido en una cama tan incómoda, te de una bajada de azúcar y te marees antes de llegar a la cocina a pedir un terrón de azúcar. Es así, saben como cuidar los detalles del cliente jejeje.
Nos asomamos al balcón, ahora ya bien entrada la noche, sin un rayo de luz, el panorama era éste. Una piscina con iluminación cambiante cada 10 segundos, con el escudo del Ritz-Carlton en el centro, y unas vistas realmente fantásticas. Pero no iríamos a dormirnos ya, por supuesto que no. ¡Todavía queda mucho por ver!
Y es que más de una vez pensé: "Ahora entiendo a la gente que hace turismo puramente de hotel. Hotel de lujo claro. Son tantas las actividades que tienes para hacer, que normal que ni salgas a conocer la ciudad". Digo normal, aunque no comparta la opinión, porque es que hay tanto para hacer en un resort de este tipo, que puedes estar allí varios días perfectamente entretenido...
Nos habían dicho que a las 19:30 había ópera en la recepción del hotel. Con pianista en directo, cantante, músicos... Sí sí, como lo oís. Casualidad que justo el domingo, día que estuve allí, la cantante tenía día de descanso. Pero tranquilos que había mil actividades más. A partir de las 18:30 empezaba el servicio privado de transporte en "Abra", el barco típico de allí, entre el Ritz y el complejo de ocio que había a la otra orilla. Por tanto, lo primero, un paseo en "Abra" durante algo más de media hora haciendo todo el recorrido, y ya luego, al Zoco y al complejo de restaurantes que nos encontraríamos al otro lado.
A continuación numerosas fotos desde el barquito... Genial temperatura, relax y tranquilidad asegurado, y en resumen, un paseo de lo más agradable.
Favorecidos no salimos, pero bueno oye, que le vamos a hacer... Jajaja
Y después de dar toda la vuelta de rigor, ya pararíamos en la zona de restaurantes al otro lado. Una zona de ocio en toda regla. Apartamentos de todo tipo (cuando digo todo tipo hablo siempre de lujo), zocos (a destacar todas las tiendas de joyas y perfumes, algo que tanto gusta en el mundo árabe) y muchísimos restaurantes.
Como véis en esta foto, una de tantas tiendas de joyas repartidas por dicho zoco...
Ahora también, desde esta orilla, podíamos disfrutar (aunque un poco en la lejanía), la fantástica iluminación de la Mezquita que había visitado hacía unas horas. Si de día es espectacular, no iba a ser menos de noche. A continuación un par de fotos, una de cerca y una más de lejos:
Y es que en la otra orilla, la que no era la de nuestro hotel, el espectáculo de gasto económico era también perfectamente palpable. Piscinas entre restaurante y restaurante, piscinas de propios hoteles, zona de copas (y eso que el alcohol en Emiratos no está nada bien visto, pero ya sabéis que donde hay dinero se hace la vista gorda mucho más fácil)... etc etc.
Ya luego, barco de vuelta (Abra) hasta el embarcadero propio del hotel, pasada por el Hall del Hotel para hacer alguna que otra foto, y directos al restaurante de cocina libanesa dentro del complejo RITZ que nos estaba esperando.
Pero como digo primero, un par de fotos del preciosísimo hall del hotel.
Esta eran las escaleras de bajada a la zona exterior, donde están todos los restaurantes, piscina climatizada, playa, etc... ¿Espectacular, verdad?
Y ya de ahí, directos a la que podría ser la comida más copiosa desde hacía muchísimo tiempo, pero es que teníamos que probar numerosos platos típicos. Para empezar, algo que me llamó muchísimo la atención, es que la carta de bebidas, con descripción de cada una de estas, venía presentada en un iPad, así sin más.
Y llegaban los entrantes a la mesa. El marco que rodearía la cena sería el siguiente: música en directo a cargo de 3 músicos (2 instrumentistas y una cantante) interpretando genial música árabe. De hecho a continuación, os dejo un vídeo de los músicos:
También una temperatura fabulosa, y una paz que se respiraba de esquina a esquina del complejo. Aunque basta ya de escribir, es hora de coger la cuchara, el tenedor y el cuchillo. ¡A comer!
También una temperatura fabulosa, y una paz que se respiraba de esquina a esquina del complejo. Aunque basta ya de escribir, es hora de coger la cuchara, el tenedor y el cuchillo. ¡A comer!
Frente a nosotros, el hombre que horneaba al momento para nosotros el pan típico árabe, en la esquina superior derecha de la foto. Arriba también pero a la izquierda, el hummus con carne. Un hummus pensado para que el cliente babee cada vez que se acuerde de él, y luego la ensalada típica: el Fattoush, con la peculiaridad de estar hecha toda de hortalizas, y con pan cortado en tiras y horneado. (esa especie de doritos naranjas que se ven).
A modo introductorio también, unos rollitos rellenos de queso.
Ya luego, llegarían los dos platos principales. O lo que podríamos traducir por un: "Comer hasta reventar". Todo comida de primera calidad, y no imagináis el empacho jajajaja.
En esta primera foto algo muy muy típico, el Shawarma. Digamos que es como un kebab, pero con numerosas diferencias. La carne, una pena, pero estaba escondida debajo del pan de pita y debajo también de las patatas. El acompañamiento, arroz y una salsa de lo más sabrosa.
Y aquí ya, como segundo plato y traca final, un plato de carne (por si andaba falto de ración proteica diaria) del tamaño del avión que me había llevado hasta Dubai. Pollo (la carne más naranja), cordero (las tiras más alargadas a la derecha) y cabra, los tacos más oscuros encima de los tacos de pollo. Al final del plato también había un par de chuletillas de cordero. Toda la carne hecha a la parrilla, con acompañamiento de arroz, verde fresco, pan árabe y verduras también a la parrilla. Obviamente la salsita de joghurt casera no podía faltar.
Y antes de contaros el paseo post-cena, os confesaré que NO nos pudimos terminar la cena. Por poco, pues lo único que quedó fue algo de carne del último plato que os enseñé. Aún así la comilona fue de campeonato. Y ahora ya sí, para bajarla, tocaba darse un paseo por todo el complejo del hotel para conocerlo bien de cerca.
Y bien, la conclusión es que por si no tienes suficiente con una habitación de hiper lujo, puedes por consiguiente alojarte en una villa de hiper lujo. ¿Que qué es? Pues una casa para ti sólo, con diferentes tipos de lujos también. 3 plantas, con ascensor interior, en fin...
Este era el comienzo de la zona de villas:
Y aquí un pequeño vídeo de broma con Pablín jajaja... "¡Pablín! ¿Y cuándo alquilamos una villa? ¿Para la segunda visita?" Jajajaja... Estoy apañado.
Por diferentes zonas podíamos volver a disfrutar de las vistas de la Mezquita iluminada...
Y ya luego, al terminar de dar toda la vuelta (un paseo que duró media hora, pues aquello era inmenso), entraríamos por el mismo sitio por donde habíamos entrado por la tarde con el coche, sólo que ahora todo iluminado.
Como no podía ser de otra manera, los coches que estaban aparcados a la entrada, eran todos de gama media, pero sobre todo de gama baja, muy baja. Tan baja tan baja, que os dejo una foto como ejemplo, en la mismísima puerte del hotel para que os hagáis una idea. Marchando una de Maseratti para ir a dormir caliente:
Y
atentos antes de ir cerrando la entrada, a la paranoia de cuadro que
tenían en la entrada... A ver si notáis algo raro... Desde luego lo que
si que nos confirmaron es que era carísimo jajaja. Que no es caro en ese
sitio :S
Y para ir a dormir, el resumen de lo que fue todo el día en una foto. Vistas, tranquilidad, buena temperatura, genial iluminación y geniales vistas. Terminaría el día desde donde empezó esta experiencia en el hotel, en la habitación. Eso sí, esta vez con la piscina de color rojo, por si el cliente se había cansado de la iluminación verde o azul.
Espero que os haya gustado todo lo que os he contado. En breves seguiré actualizando, pues este fue el primer día de ocho días al completo en Emiratos. Eso sí, único en Abu Dhabi. A partir de ahora, empezaré a actualizar con todo el viaje por Dubai, que la verdad que fue de lo más completo.
Tocaba dejar a un lado la atmósfera que siempre gusta conocer de cerca, esa atmósfera repleta de lujos, comodidades y facilidades, pero que uno sabe que ni es la que le corresponde, ni tampoco la que a uno le gustaría llevar para toda una vida, o al menos yo siendo totalmente sincero. De verdad os digo, que es mucho más interesante disfrutar de estas experiencias esporádicamente, que por sistema. Pues seguramente toda la magia de la experiencia se desvanecería, y no apreciarías todo lo que te rodea. En breves como os digo, más novedades... ¡Un fuerte abrazo!
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Luis
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