Y después de la anterior entrada en la que os anticipaba un poquito del sexto día en Dubai, por fin puedo subir el día al completo. Poco a poco os iré mostrando diferentes sitios de la ciudad de Dubai, por donde pasé a 26 de Marzo de 2015, todos completamente diferentes a lo que pude ver en días anteriores... Asi que vamos allá, comienzo ya mismo:
Recién levantado por la mañana, tenía ganas de playa, un ratito de relax, donde sin quererlo me topé con una interesante historia que os contaré ahora después.
Muy cerca de donde me alojaba, a escasos 3 minutos caminando, estaba la conocida como BARASTI BEACH. Una playa no muy grande, con su cafetería, mesas y tumbonas dentro de la arena que todavía no había llegado a conocer. Ahí estuve algo más de dos horas, "cogiendo" algo de color y aprovechando los rayos de sol que tantas ganas tenía jajaja.
Según entrabas, había al lado un puerto donde vi quizás uno de los colores más bonitos para un barco, pues nunca había visto un yate todo como en madera brillante. A continuación os dejo alguna foto de la zona de la playa, de los barcos, y ya luego de la playa junto a la historia que os quería contar.
Este es el barco del que os hablaba... El color me pareció precioso precioso!
A continuación os dejo un par de fotos con la zona de entrada a la playa, incluyendo la zona de relax, y donde me topé de nuevo con el jefe de seguridad (ya me había revisado la mochila al entrar a la playa), pero esta vez estuvimos un rato charlando.
Le debió de hacer gracia ver un español por allí, y entablamos conversación. Me dijo que él por las mañanas trajaba de seguridad en esta playa de Barasti, pero que por las noches trabajaba en la discoteca que tiene Cavalli en Dubai. Me dijo que si de verdad quería conocer la fiesta dubaití, debía pasarme por allí. Que allí realmente se veía el lujo y el gasto en esta ciudad.
El segurata era africano, sino recuerdo mal del Congo. Y me dijo que en Cavalli, hay gente que paga varios miles de euros por una botella de champán. Me habló puntualmente de la más cara, y me dijo que al cambio de moneda, en su país, se podría comprar una casa con piscina.
Imaginaros trabajar de seguridad en una discoteca, cobrando un sueldo bastante justo, y viendo como gente en menos de un minuto ha pagado por una botella lo que tendría que pagar él en su país por una casa de lujo con piscina. Aquí la muestra de los tantos desequilibrios que existen por el mundo... Pero sería utópico pensar que algún día esos desajustes se ajustarán, seguramente nunca sea así.
Luego volvería a casa para cargar pilas, comer algo, y ya luego directo al zoco de Madinat Jumeirah, donde también me encontré con numerosas curiosidades que os contaré a continuación.
Entrada al Zoco
Y a la puerta un Ferrari California... Luego me enteré que era de alquiler, y por el "módico" precio de 120 euros, podías conducirlo 10 o 15 minutos creo. Es decir, tú pagas, y entre que te sientas, pones el cinturón, y sales de esa glorieta... Pam! Tiempo acabado. "Gracias por venir. Que pase el siguiente!"
Y a partir de aquí, fotos del interior del zoco...
Y fotos de las zonas exteriores del mismo zoco de Madinat Jumeirah.
Y al fondo, como os comenté en la entrada anterior de Dubai, el Burj Al Arab, el que dicen el hotel más lujoso del mundo...
Y tras un paseo, y visita en tiendas y comercios, llegaba la hora de comer. Hace unos cuantos días os escribí la crónica al completo del restaurante gourmet indio donde comí. Os dejaré un par de fotos para que os hagáis una idea, y por supuesto el enlace por si queréis ver la crónica al completo, y conocer un poco más de cerca la comida típica india.
El enlace con toda la crónica gastronómica al completo:
Y a la salida, me llamó la atención. También hay PACHA DUBAI-IBIZA en el mismo Zoco. Para aquellos que quieran conocer un poco más de cerca la fiesta de la isla.
Con por supuesto el detalle de la camioneta con las letras de PACHA
Después, directos a conocer el Al Safa Park. De las pocas cosas, quizás de las únicas que me defraudó un poquito. Esperaba encontrarme un espacio verde más cuidado, y la verdad que podía estar muchísimo más cuidado. Pero también se notaba que era zona mucho menos concurrida, por eso quizás se había desatendido un poco. Aún así, un buen paseo, y algunas fotos que os muestro a continuación.
El "skyline" que se veía al fondo, incluído el Burj Khalifa, era quizás de lo mejor del parque...
Aguas bastante sucias y además olorosas...
Y aunque el agua no estaba nada limpia, imagino que en temporada alta lo cuiden un poco más, pues además había zona de barquitas de alquiler, etc...
Y ya luego, desde el parque, un paseo hasta la playa de "Jumeirah Beach". Nada más llegar, lo que más me llamó la atención fue las paradas de bus, pues están totalmente adaptadas al clima, y puedes esperar el bus tranquilamente con aire acondicionado. Y os aseguro que no se andan con "medias tintas", hace incluso frío de verdad ahí dentro.
Y a continuación varias fotos desde la playa...
Ojito al barco del fondo... Vaya locura, dicen que es uno de los yates del primer ministro Dubaití, pues ahí justo al lado (si os fijáis a la derecha) existe una isla privada que debe ser de su propiedad. Es más, si buscáis en google imágenes, frente a la playa de Jumeirah Beach la encontraréis como "Private Island".
Al fondo, el Burj Khalifa, y justo debajo ¡3 mujeres con el traje típico local femenino!
El anochecer desde la playa...
Y de vuelta a la parada de bus, una preciosa mezquita iluminada:
Y aquí empezaría una auténtica batalla más para contar. Bien, esperé al bus en la parada, sabía perfectamente que bus tenía que coger. El bus llega, y yo monto, y me dispongo a pagar con un billete. ¡Sorpresa! No se acepta dinero, sólo se puede pagar con la tarjeta de viajes de Dubai de transporte público, siempre y cuando tenga viajes disponibles.
Yo la tarjeta la tenía, pero sin viajes. Aunque lo mejor de todo es que no se podía recargar ni en la estación, ni en la misma parada. Total, que me tuve que bajar del bus, y la única solición que me quedaba era caminar, hasta localizar un puesto de recarga.
Bien, el paseo (no os voy a engañar un tanto preocupado, aunque luego se me fue pasando), me sirvió para conocer otros rincones de Dubai que por lo normal no habría conocido. La verdad que se me olvidó que no tenía bus, y que estaba a casi 20 kilómetros de mi casa, pues empecé a adentrarme en zonas residenciales de mucho mucho dinero. Como ejemplo a continuación os dejo la entrada a una de tantas fincas, y luego de coches que me iba encontrando por el camino.
LEED POR FAVOR LA HISTORIA QUE ME PASÓ AL FINAL DEL DÍA:
Y fue aquí cuando (no exagero) tras casi 6 kilómetros caminados, más de una hora caminando descalzo, (pues además se me rompieron las zapatillas), decidí que algo tenía que hacer. No podía caminar y tendría que seguir preguntando ahora con mucha más gana donde podría recargar mi tarjeta de viajes. Pues bien, una lección de vida que jamás olvidaré que os voy a contar ahora mismo:
Por la calle, le pregunté a un chaval de unos 25 años, con rasgos indios-paquistaníes, si sabía donde podía recargar la tarjeta. Me dijo que el puesto más cercano estaba muy lejos para ir a pie. Era ya por supuesto de noche, el chaval iba en bicicleta, y me dijo: "Ven, acompáñame. Voy a mirar en casa que tengo ahí el coche, y miro a ver si tengo una tarjeta con algún viaje y te la llevas". Yo desconfié y mucho, claro, pero la verdad que no me digáis por qué pero fui con total normalidad. Bajé la calle siguiendo al chico en bicicleta, y allí tenía un 4x4 que abrió, revisó en un montón de tarjetas, y me dijo que no, que no tenía ninguna. A lo que continuó diciéndome:
"Si quieres te acerco en coche a la estación de recarga más cercana." Volví a desconfiar, esta vez si cabía aún más, pero monté. Tardó más de la cuenta, aunque mientras tanto fuimos hablando. Yo me sentía bastante inseguro, callejeábamos demasiado, pero tuvimos oportunidad de charlar un rato y me contó que era efectivamente Paquistaní, que trabajaba de pescador en Dubai (de hecho bajo mis pies en el asiento del copiloto había una red de pescador) y que compartía casa con otros 7 compañeros de trabajo. Es decir, un chaval rico en Dubai no era, pero sus ganas de ayudarme me fascinaron. Poco a poco me fui relajando por la forma de hablar y como estaba fluyendo la conversación, aunque su inglés era muy muy escaso y a veces me resultaba muy difícil comunicarme con él.
Al final llegamos a la estación de recarga. Me acompañó a la cabina, y me dijo: "Es aquí, recarga los viajes que quieras". Bueno pues todavía una vez recargada la tarjeta, me volvió a montar en su coche, y volvimos a su casa de donde había recogido el coche. Me volvió a dejar al lado de la parada de bus que me correspondía. Yo no pude hacer otra cosa que agradecerle lo que había hecho, le di algo de dinero y me despedí con un fuerte apretón de manos que nunca olvidaré.
Y es que son estás las cosas que os digo, que sino viajas solo, no conoces. Derribas mitos de gente, nacionalidades. Y recordad que gente buena y mala la habrá siempre allá por donde piséis.
Y para que veáis en que estado acabaron mis zapatillas (pues además caminé más de 4 kilómetros descalzo), os dejo foto de la zapatilla (ya por fin montado en el bus de vuelta a casa), y lo "limpios" que me quedaron los pies.
Y con esto, dejo y termino la entrada del 6° día en Dubai. Creo que poco más para contar tengo, pues con la última historia, ya hubo suficiente.
Disfrutad, y en breves os iré contando más novedades. ¡Saludos!
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Luis
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