Esa actividad que tanto tiempo llevaba queriendo hacer: MONTAR EN MOTO ACUÁTICA. Pues por fin, en verano pude hacerla. Y me atrevo a decir que fue la mejor sensación del verano en términos de diversión y actividad de ocio. Repetiré sin dudarlo, y si tenéis ocasión, aunque pueda resultar un poco costoso por el hecho de no poseer ninguna licencia, MERECE LA PENA SIN DUDA. En serio. A continuación os contaré además un poco el entorno del que me rodeé para realizar la actividad, el cual hizo que montar en jet-ski se convirtiese en momento TOP del verano. Comenzamos!!
La ciudad elegida fue Alicante, ciudad que siempre visito en verano y en Navidad. El entorno era el puerto de Alicante, y he de decir que es la primera vez que tenía la posibilidad de pasar la "barrera" en dirección a los embarcaderos privados. Pero como las motos allí estaban, pues el de seguridad sin problema ninguno accedió a que pasásemos dentro, una vez me identifiqué como "próximo cliente" de la actividad de moto acuática.
Ya sólo por poder acceder a los embarcaderos, mereció la pena. Después de que os cuente al detalle mis sensaciones con la moto, os cuento las curiosidades que pude ver y disfrutar por el interior de los embarcaderos donde auténticos yates de lujo habían atracado. Luego os cuento! :)
Are you ready? :)
El culo me entraba, buen síntoma para disfrutar jajaja
Primeras pautas: Si eres motero de carretera, olvídate, en una moto de agua no hay que tumbar en absoluto (he estado casi 5 años encima de una moto de carrera :S). ¿Frenos? No tiene. ¿Cómo girar? Pues bien, tratándose de motos con turbina, sino das gas, la moto tarda muchísimo más en girar... DIOS!!!! ¿De verdad para girar tengo que seguir dando gas? Me voy a tragar la ola más grande del mundo y voy a tener la boca salada una semana jajaja. Todo parecía mucho más raro/difícil de lo que luego realmente fue.
Para salir del puerto lentos lentos, respetando al monitor como así hice. La velocidad dentro del puerto por lo visto está bien controlada por radares y guardia civil, y por eso hay que tener precaución. Hasta la bocana de salida, lentos y tranquilos.
Y he de decir que en la bocana, una de las cosas que más me impactó fue tener la SUERTE de que hubiese un transatlántico de estos gigantescos que allí estaba amarrado. Ahí es donde uno se da cuenta de lo diminuto que es con su moto. Norma IMPORTANTE: Cualquier barco, si lo queremos adelantar, lo haremos por detrás o en paralelo, nunca por delante.
Y a partir de ahí, varias decenas de minutos de disfrute sin parar. Gas a tope con velocidades máximas de unos 60 kms/hora, que sobre el agua y sin casco ni nada, dan MUCHA sensación. Pocas veces me he reído yo sólo encima de una moto. Pues bien, esta fue una de ellas. La gente desde otros barcos saludándote, los niños alucinando por verte hacer el cabra... En general una experiencia de lo mejor. Además tuve la suerte de reservar la actividad con gente muy top. De hecho os dejo a continuación por si se diese la casualidad de que váis a Alicante (o incluso amigos de allí que lean esta entrada) y pueda disfrutar también de esta actividad.
Momento del aparcamiento una vez terminada la actividad
FELICIDAD TOTAL
Y luego ya un paseo por los embarcaderos. Obviamente, una cosa que no puede faltar, es una gasolinera para barcos. Y bien, así es la que me encontré:
Y algo que me llamó muchísimo la atención, es la de gente que mantiene y limpia los barcos... Y por supuesto los más grandes y más caros, con seguridad. No me esperaba encontrar seguratas con pinganillo recorriendo la cubierta del barco, ni tampoco pensé pasar tan cerca por estos barcos. Y luego también interesante fijarse en alguno de los coches que por allí aparcaban dentro del embarcadero junto al barco en cuestión. Berlinas de Mercedes, algún Ferrari... LOCURA.
Y poco más. Espero que os haya gustado esta historia. Yo por fin, una actividad menos de mi "lista para cosas por hacer". Seguimos en contacto vía redes sociales. Fuerte abrazo y gracias como siempre por leerme!
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Luis
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